Un callejón estrecho y empedrado, es el legendario lugar de manifestaciones demoniacas.
Cuenta la leyenda que hubo un
soldado, el cual resentía la inusual atención que un niño prestaba a sus galas
y uniforme. Se dice que el soldado golpeo al niño sin darse cuenta de su
delicadeza y el niño cayó muerto por el golpe.
En su enajenación y penitencia,
el soldado colgó el cadáver del árbol de aguacate que da nombre a
este callejón. Los vecinos afirman haber oído gritos y ruidos en la noche,
especialmente entre las crujientes ramas que se agolpan en el callejón. otros
afirman a ver visto el paso de una pequeña sombra.
En un nicho situado en la esquina del
callejón aún se encuentra la figura de la virgen María.
La misma leyenda afirma que el
asesino del niño la coloco ahí, para expiar sus pecados y pedir perdón.
Al ser una zona residencial se
aconseja discreción, sobre todo cuando se visite de noche, lo que
definitivamente no se aconseja. Al no haber recibido nunca la
afirmación de ningún perdón divino, se dice que el soldado puede
seguir viéndose, desolado, devastado, asechando las sombras del callejón, la
redención se aleja aún más en la sombra azul más profunda que corre entre
las piedras.
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